Marta Domínguez, madre del preso político Jorge Bello, alertó sobre el delicado estado de salud de su hijo, quien sufrió un episodio de hipertensión severa que le provocó una parálisis facial el pasado 29 de octubre mientras se encontraba recluido en la prisión de Guanajay.
Debido a la gravedad del cuadro, Bello fue trasladado al Hospital Ciro Redondo de Artemisa, donde permanece ingresado. Domínguez denunció la demora en el traslado hacia el centro hospitalario, señalando que la atención médica no fue inmediata a pesar de la urgencia del caso.
"Antes de sufrir la parálisis facial, que fue el día 29 [de octubre], en horas de la mañana, llevaba varios días con asma. Él se dirigió a la posta médica, se quejó que necesitaba que lo llevaran al hospital porque tenía mucha falta de aire. No le dieron asistencia médica", explicó la madre del preso político.
Ese mismo día, el activista y comunicador independiente tuvo una discusión con los mandos del penal luego de que le prohibieran hablar por teléfono con su madre, enferma con una arbovirosis desde hacía ya varios días.
"Producto de todos esos problemas se alteró mucho, la presión le subió, dice que sintió un dolor muy fuerte atrás de la oreja derecha y ahí ya empezó a sentirse mal. Notó que la boca se le viró, que empezó a babearse y sintió dolor en las piernas. Lo llevaron para la enfermería, donde le hicieron una remisión para el hospital de Artemisa".
Según detalló Domínguez, el médico de la prisión firmó la remisión a las 11 de la mañana, y lo llevaron al hospital a las 4 de la tarde, porque no había transporte en el penal.
"Jorge se comunicó con nosotros el día 30 [de octubre] por la mañana y todavía tenía la presión alta. Le habían dado un captopril. Jorge todavía se sentía mal, tenía todavía la boca virada. Ya hoy no hemos sabido nada de Jorge. Estoy muy preocupada con todo eso que está pasando, porque temo que a mi hijo le pueda pasar algo", dijo la señora.
La situación de los presos políticos con problemas de salud ha generado preocupación entre familiares y activistas, quienes exigen garantías para la integridad física de los detenidos por motivos de conciencia y una atención médica adecuada en los centros penitenciarios.
Bello Domínguez cumple una sentencia de 15 años de privación de libertad tras participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en Güira de Melena, Artemisa. En declaraciones desde prisión, ha dicho que anhela construir un país en el que sus habitantes disfruten de una "democracia total".
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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